Exploramos los vulgarismos, esas expresiones coloquiales que a menudo colorean nuestro lenguaje, pero que pueden restarle formalidad y corrección a la comunicación.
Qué es vulgarismos y 5 ejemplos
¿Qué son los Vulgarismos?
Los vulgarismos son formas de expresión que se apartan de la norma lingüística culta y que son consideradas incorrectas o de mal gusto dentro de un contexto social o profesional determinado. Suelen ser producto de una pronunciación descuidada, errores gramaticales, o el uso de palabras y expresiones propias de un registro coloquial o popular. También pueden ser resultado de la influencia de dialectos o jergas locales. Es importante señalar que lo que se considera un vulgarismo puede variar según la región y con el tiempo, ya que el lenguaje está en constante evolución y algunas formas que antes eran consideradas vulgares con el tiempo pueden ser aceptadas.
Ejemplos de Vulgarismos
Aquí te presento cinco ejemplos de vulgarismos:
1. «Haiga» en lugar de «haya»: Es un error común que consiste en una mala conjugación del verbo haber. «Haiga» no existe en el idioma español estándar.
2. «Asín» en vez de «así»: Es un vulgarismo fonético que se produce por la adición de una ‘n’ al final de la palabra.
3. Uso de «irreglar» en lugar de «arreglar»: Aquí se añade el prefijo «ir-» incorrectamente, ya que no es necesario y cambia el significado de la palabra a su opuesto.
4. «Más mejor» o «más peor»: Es un error de redundancia, ya que las palabras «mejor» y «peor» son comparativos en sí mismos y no necesitan el adverbio «más».
5. Decir «tropezón» en lugar de «tropezar»: Aquí se confunde un sustantivo («tropezón») con una forma verbal («tropezar»), lo cual es un error morfológico.
Qué es lenguaje vulgar y 3 ejemplos
¿Qué es el Lenguaje Vulgar?
El lenguaje vulgar se refiere al uso de palabras, expresiones o frases que son consideradas inapropiadas, groseras, ofensivas o de mal gusto dentro de un contexto social o cultural determinado. Este tipo de lenguaje a menudo incluye palabrotas, términos soeces, jerga considerada de bajo nivel cultural o educativo y expresiones que pueden ser despectivas o discriminatorias. Suele ser utilizado en contextos informales y puede ser rechazado o mal visto en ambientes formales o profesionales.
El lenguaje vulgar no solo se limita a palabras que son socialmente tabú o insultos directos; también puede incluir formas de hablar que desvían significativamente de la norma gramatical establecida, lo que se conoce como vulgarismos. Estos pueden ser errores de conjugación verbal, uso incorrecto de los tiempos gramaticales, mal empleo de preposiciones, entre otros.
Ejemplos de Vulgarismos
A continuación, se presentan tres ejemplos de vulgarismos que son comunes en el habla cotidiana de algunas personas, pero que son considerados incorrectos en un lenguaje formal o culto.
1. Haiga en lugar de «haya»: Este error se comete al conjugar el verbo haber. La forma correcta en subjuntivo es «haya». Ejemplo de uso incorrecto: «Espero que haiga comida cuando llegue.»
2. Andé en lugar de «anduve»: Este es un error común en la conjugación del verbo andar en pretérito perfecto simple. La forma correcta es «anduve». Ejemplo de uso incorrecto: «Yo andé por las calles toda la tarde.»
3. Asín en lugar de «así»: Es una forma incorrecta de pronunciar la palabra «así». Aunque pueda ser común en algunas regiones, no es aceptada en el lenguaje estándar. Ejemplo de uso incorrecto: «Hazlo asín como te dije.»
Es importante señalar que, aunque algunos vulgarismos son ampliamente aceptados en ciertos contextos informales, su uso puede percibirse como una falta de educación o conocimiento de las normas del lenguaje, especialmente en situaciones formales o cuando se busca una comunicación clara y precisa.
Qué es coloquialismo de 5 ejemplos
Coloquialismo: Definición y Características
El coloquialismo se refiere al uso de expresiones o palabras que son comunes en la conversación diaria, pero que suelen considerarse inapropiadas para un lenguaje formal o escrito. Estas expresiones reflejan la manera en que habla la gente en situaciones informales y pueden incluir giros de frase, modismos, jergas y a veces vulgarismos. Los coloquialismos se caracterizan por su capacidad de transmitir cercanía y naturalidad en la comunicación entre hablantes de la misma comunidad lingüística.
A continuación, se presentan algunos ejemplos de coloquialismos y vulgarismos, estos últimos siendo un tipo de coloquialismo que puede ser considerado ofensivo o de mal gusto debido a su naturaleza cruda o directa.
Ejemplos de Coloquialismos
1. «Echar la hueva» – Esta es una expresión coloquial que significa estar en estado de ociosidad o no hacer nada productivo.
2. «Chamba» – Término coloquial en algunos países para referirse al trabajo o empleo.
3. «Chavo» o «chava» – Palabras coloquiales utilizadas para referirse a un joven o adolescente.
4. «Guay» – Expresión coloquial en España que se utiliza para decir que algo es genial o estupendo.
5. «Pibe» – Término coloquial en Argentina y otros países del Cono Sur para aludir a un niño o joven.
Ejemplos de Vulgarismos
A continuación, se listan algunos vulgarismos, que son variantes coloquiales consideradas de baja estandarización y que a menudo son mal vistas en contextos formales:
1. «Joder» – En España, se usa coloquialmente para expresar molestia o enfado, aunque en contextos formales se considera un vulgarismo.
2. «Cagarse» – Expresión vulgar usada para denotar enojo o sorpresa («Me cago en…»).
3. «Gilipollas» – Insulto vulgar en España que se utiliza para referirse a alguien como tonto o estúpido.
4. «Chingar» – Palabra muy utilizada en México con múltiples significados, algunos de ellos vulgares, dependiendo del contexto.
5. «Coño» – Término vulgar en varios países hispanohablantes que puede usarse para expresar sorpresa o frustración.
Es importante destacar que la percepción de estos términos puede variar significativamente entre diferentes regiones y culturas, y lo que en un lugar se considera un coloquialismo inofensivo, en otro puede ser visto como un vulgarismo. Además, el lenguaje está en constante evolución, y algunas palabras que antes se consideraban vulgares pueden ser aceptadas con el tiempo como coloquialismos.
Los vulgarismos son formas de expresión que se apartan de la norma lingüística culta y se consideran incorrectas o de registro bajo en el uso del lenguaje. Su uso puede estar influenciado por factores sociales, culturales o educativos, y suelen ser más comunes en el habla coloquial que en la escritura o en contextos formales. A pesar de que los vulgarismos pueden enriquecer el idioma a través de la expresión auténtica de ciertos grupos sociales, es importante ser consciente de su adecuación según el contexto de comunicación para evitar malentendidos o juicios negativos sobre la competencia lingüística del hablante. El conocimiento de la norma culta permite a los hablantes decidir cuándo es apropiado o no el uso de vulgarismos, manteniendo así la riqueza y la precisión del idioma.
